Tomboy

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Prepelícula

Siempre digo que el tema del que trate una película no me influye a la hora de querer ir a verla. No es del todo verdad. A la hora de elegir una película influye todo, el director, los actores, las cosas que hayas oído sobre la película, la duración, la hora en que la pongan, el cine en que la echen, y si, también el tema del que trate. Cuando digo que el tema no me influye en realidad quiero decir que el tema no es un elemento decisivo en mi elección sobre si ver o no una película.

Hay gente que no le gustan las bélicas, o las comedias románticas, o las del tipo que sean, y no van a verlas por buenas que sean. Yo no tengo manías muy grandes a géneros (solo un poco a la ciencia-ficción, pero tampoco mucho), y si considero que la película tiene buena pinta, voy a verla trate de lo que trate. Pero es verdad que hay temas que me motivan más que otros.

El tema de los chicos que quieren ser chicas o de las chicas que quieren ser chicos es uno de los que menos me motiva. No me llama la atención, y me cuesta entrar en las películas que abordan estos temas. Pero tampoco las evito, si considero que que puede ser una buena película. La calidad de la cinta, para mi importa mucho más que el tema. El ejemplo más claro es el fútbol, que es un tema que me interesa mucho, y sin embargo la inmensa mayoría de las películas que hablan de fútbol son terriblemente malas (personalmente solo salvaría «The Damned United»). Así que el tema es relativo.

Hace unas semanas estrenaron en Madrid «Tomboy». Una película francesa (otro posible prejuicio) que trata los problemas de una niña que quiere ser un niño. Es una película muy premiada en festivales y viene con muy buenas críticas. Pero tratando el tema que trata, me ha dado pereza ir a verla, y estos últimos fines de semana me he decantado por otras cintas. Hasta que ahora apenas tengo muchas buenas opciones para elegir, así que voy a ver «Tomboy», que seguramente me gustará más de lo que espero. O no, porque si ya voy pensando esto…

Película

Laure es una niña de diez años que se traslada con sus padres y su hermana pequeña a vivir a un nuevo barrio en las afueras de París. Allí hace nuevos amigos, y aprovecha su aspecto para hacerse pasar por chico diciendo que se llama Michael. Una niña del grupo se enamora de ella, convencida de que es un chico.

Lo primero que quiero decir es que me impresionaron mucho los trabajos de todos los niños. Actúan tan bien que muchas veces parece que estás asistiendo a un documental. Me parece espectacular sobre todo la hermana pequeña, de cinco o seis años, que actúa como si no actuase, como si verdaderamente ella fuese la hermana de quien hace de hermana, y sus padres fueran quienes hacen de padres. Creo que aquí hay un trabajo de dirección de actores fantástico.

La película es totalmente creíble. Absolutamente. Te puede interesar más o menos, pero te la crees de principio a fin. Está muy bien hecha. Además, la ausencia de música, los silencios, los primeros planos de gestos y miradas, contribuyen a la sensación de que no es una película sino que estás mirando lo que pasa en la casa de Laure.

El tratamiento que se hace de la transexualidad infantil es excepcional, con una elegancia y una belleza muy difíciles de conseguir. La película evita el morbo y trata la situación con una limpieza y naturalidad que no es nada habitual en el cine. Normalmente se buscan los golpes de efecto, el morbo, la polémica. Aquí es todo lo contrario. Desde el primer momento se sabe que ella es una chica que se hace pasar por chico, no hay golpes de efecto, la película rebosa sutileza, ternura, tacto, delicadeza…. normalidad. Y la normalidad suele estar reñida con lo cinematográfico. O al menos, es difícil conjugarlo. Aqui tenemos un gran ejemplo de como hacer películas sobre temas controvertidos con total naturalidad y sin hacer trampas.

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Cuando Laure habla por primera vez con la chica (Lisa), ésta le pregunta su nombre y aquella contesta «Michael», y se nota que se le acaba de ocurrir. Que se ha dado cuenta de que ella le ha tomado por chico, y le sigue el juego, porque además le gusta hacer ver que es un chico. Pero todo esto queda claro por lo que se ve en la película, en unos segundos, las miradas lo dicen todo, las sonrisas, los gestos.

Es gracioso ver como, a partir de que la empiezan a tomar por chico, ella se esfuerza por convertirse en chico. No basta con vestirse como un chico y cortarse el pelo, no. Ser chico es algo más. Es jugar al fútbol, escupir, hablar como los chicos, pelear… y a todas esas cosas se pone Laure a aprender, aprendiendo así a ser Michael. No se me va la sonrisa cada vez que me acuerdo de cuando van a ir a bañarse al rio y se mete un trozo de plastilina en el bañador para que parezca que es un chico. La película está llena de momentos brillantes.

Y Michael deja de ser Michael y vuelve a ser Laure cuando llega a casa. Entonces es dulce y tierna, con su hermana, con sus padres. Prodigan los abrazos, las caricias. Las emociones traspasan la pantalla.

Luego está la historia con Lisa, que se enamora de él/ella. Porque una cosa es vestirse y comportarse como un chico y otra cosa es ser homosexual. Laure es lo que llamamos un «marimacho», pero no queda claro que sea lesbiana, aunque parece que si. Pero Lisa… a ver, se enamora de él o de ella? Eso no queda claro y es digno de un buen debate postpeliculero. Yo voto porque Lisa sí es lesbiana, pero ya digo, no queda claro, cada cual sacará sus conclusiones.

La película me ha gustado mucho. No solo es el tema de la transexualidad, es que yo creo que aborda muy bien el de la niñez. Cualquiera que haya sido niño se puede ver reflejado en esas escenas en las que juegan al pañuelo, al fútbol, a verdad o atrevimiento, esas peleas en el agua, esas crueldades infantiles, el chivarse, esas continuas rutinas de la infancia no nos son ajenas y por eso nos parece que la película tiene una gran dosis de verosimilitud. Y con esto vuelvo al principio: los niños actores están excelentes. Sin hacerlo tan bien, nada de esto sería posible.

En fin, una película muy recomendable para almas sensibles y para degustadores del cine sin artificios. Una vez más, el tema es lo de menos. Porque en este caso está tratado con tanta delicadeza y respeto, sin posicionarse en ningún sentido, que no vemos al niño o a la niña, sino a la persona. Y eso, tratándose del tema que se trata, no lo consigue cualquiera.

Pero esta película es especial. Hay que verla.

Postpelícula

Siempre tenemos la idea de que las lesbianas son mujeres hombrunas, y que los homosexuales son afeminados, y no siempre es así. Hay lesbianas muy femeninas y muy guapas, y homosexuales muy masculinos. La orientación sexual no siempre se aprecia a simple vista, no a todos se les nota. Y, al contrario, no todos los amanerados son gays, ni todas las mujeres con aspecto rudo son lesbianas.

En esta película, la chica que hace de marimacho es muy guapa (Zoe Heran, se llama), y de rasgos delicados. A simple vista, ninguno diríamos que es un marimacho, por mucho que la corten el pelo. Esto puede ser un fallo para algunos, pero yo no creo que lo sea. De hecho, llevo desde que salí del cine planteándome qué hubiera pasado si la película la hubieran enfocado de otra manera, y no se hubiese sabido que Michael era una chica.

O sea, si la película se hubiera planteado desde el punto de vista de los amigos, ¿nos habría engañado también a los espectadores? La verdad es que no lo se. Ahora pienso que no, que es demasiado guapa para ser un chico. Pero ¿porqué no? No creo que Leonardo Dicaprio fuera muy distinto a ella a su edad, y era un chico. Creo que la voz la delata, pero… tampoco. He conocido niños con la voz muy de niña, y eran niños. No lo se, estoy muy condicionado por el hecho de saberlo desde el principio, tal vez sí que nos hubiera engañado, pero ya nunca lo sabremos.

En caso de que fuera así, sería todo un shock el que se produciría en la sala en la escena en que la niña sale de la bañera y se ve con toda nitidez que es una chica. Habría sido un buen golpe de efecto. Pero la película no buscaba esto. Y es complicado filmar una escena así y que resulte tan natural para el espectador. No me imagino una película americana mostrando el sexo de una niña de diez años de esa manera.

Estas películas tan arriesgadas merecen triunfar, pero me temo que será una más de tantas películas muy bien valoradas por la crítica pero con escaso éxito de público. Ojalá me equivoque.

1 comentario en “Tomboy

  1. A nosotros nos ha encantado, gracias por la recomendación. Ya tengo bajando la primera película de la directora, que también es sobre homosexualidad femenina. El cine contemporáneo francés está lleno de maravillas que tienen poca difusión aquí. Tipo Xavier Beauvois o Laurent Cantet (el de La Clase).

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